jueves, 13 de mayo de 2010

Más que un sentimiento

¡¡ SOMOS CAMPEONES EN EUROPA !!

La tarde noche del miércoles 12 de mayo de 2010 pasará a la historia debido a la victoria, tras cuarenta y ocho años de sequía europea, de la final de la Europa League y la consecución del correspondiente título.

Los que somos del atleti lo vivimos de una forma muy especial y, aunque somos conscientes de que la mayoría de los españoles se sentían atléticos, no tiene ni punto de comparación con los sentimientos que residen en nuestros corazones y que, algunos por primera vez, pudimos sacar a la luz y dar sentido a algo que pasa muy por encima de ser una afición más.

Aún se me pone el vello de punta cuando escribo y recuerdo los momentos de tensión que pasamos durante el partido: el primer gol de Forlán (estallido de alegría) y el posterior empate a continuación con la consiguiente resignación. Pero qué esperábamos, si sufrimos en la liga y ya no nos jugamos nada… ¿No íbamos a sufrir en una final europea? Somos el Atleti.
1-0

1-1

Pero el clímax de esta final estuvo, ya comprenderéis, tras muchos momentos de tensión, en la prórroga, allá hacia el minuto 116 de partido cuando el Kun pone un balón en el área para que, de nuevo Forlán, lo introduzca en la portería haciendo el 2 – 1 definitivo.
2-1

Y aunque somos el Atleti y, hasta que los jugadores estén en los vestuarios puede pasar de todo, intuíamos que esta vez tenía que ser. No nos podían arrebatar nuestro título. Tan esperado. Tan merecido. Tan ansiado.

La celebración no se hizo esperar. Euforia, alegría y cantos sucedieron durante varias horas al partido. Los atléticos habíamos enloquecido. Se lo debíamos a esas generaciones de grandes jugadores y aficionados atléticos que, en su camino, han resultado ser una generación perdida en cuanto a lo que ganar títulos (sobre todo en Europa) se refiere y han hecho de su andadura como aficionados atléticos poco menos que un acto de fe.

Yo, nosotros lo hemos visto. Lo hemos vivido. Ni las imágenes ni las palabras podrán nunca expresar lo que pasa en nuestras cabezas y en nuestros corazones. Es algo indescriptible que, comprendo, solo puede entender aquel que naciera atlético.

Solo me queda añadir, después de todo esto, que sí. Llevábamos razón. Tenemos la respuesta. Lo he intentado plasmar con palabras y ni me aproximo a lo que es el sentimiento. Ahora todo tiene sentido. Ya sé por qué somos del Atleti.

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